martes

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"No podré renunciar jamás al sentimiento de que ahí,
pegado a mi cara,
entrelazado en mis dedos,
hay como una deslumbrante explosión hacia la luz,
irrupción de mí hacia lo otro o de lo otro en mí,
algo infinitamente cristalino
que podría cuajar y resolverse en luz total sin tiempo ni espacio.
Como una puerta de ópalo y diamante
desde la cual se empieza a ser eso que verdaderamente se es
y que no se quiere
y no se sabe
y no se puede ser."